Hoy analizaremos cuántas calorías tienen las patatas fritas y, una cosa más importante aún: cuál es el impacto que tienen sobre nuestras hormonas y nuestro metabolismo, y si son útiles para adelgazar o nos engordarán. También veremos cómo de perjudiciales y tóxicas pueden ser para otros aspectos de la salud.
(Al final del artículo encontrarás un secretillo para hacer patatas fritas saludables ;), pero, antes de bajar, te recomendamos que sigas leyendo esta parte)
Antes de pasar a enumerar las pequeñas diferencias en calorías y características de los variados tipos de patatas fritas que podemos encontrar, veamos de que están hechas estas y, si son perjudiciales o no.
Las patatas fritas suelen ser patatas peladas y cortadas en trozos que han sido freídas en algún tipo de grasa, ya sean aceites vegetales (aceite de oliva, aceite de girasol, aceite de maíz, aceite de palma…), o grasas de origen de animal (mantequilla, grasa de cerdo). También tenemos la opción del aceite de coco, que, aunque también es vegetal, es mejor ponerlo en una categoría diferente al resto de aceites vegetales; más adelante veremos por qué.
Las patatas o papas de por sí, cuando se hacen al horno o cocidas, son un alimento apropiado para la salud, pero, cuando se fríen, la cosa cambia, y mucho.
Fabricando veneno “pal” body
Las grasas menos recomendables para freir son las grasas trans (de las que hablaremos más abajo) y aquellos aceites vegetales que son altos en grasas poliinsaturadas (aceite de girasol, de palma, de maíz, de soja, de colza, etc…) ya que estas se oxidan facilmente, y por tanto, al calentarse, a partir de cierta temperatura, generan gran cantidad de toxinas (se enrancian). Esto es lo que se denomina grasas “inestables”; y esta inestabilidad en sus átomos se pone de manifiesto al calentarlas. Por otra parte, son excesivamente altas en omega 6, lo que nos perjudica a la hora de mantener el equilibrio correcto que debemos tener en nuestro cuerpo entre omega 6 y omega 3 para el buen funcionamiento celular. Este desequilibrio provoca inflamación y agrava enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes (estudio). Es decir estas grasas mejor no comerlas nunca, ni en crudo ni, menos aún, fritas/calentadas. (Desgraciadamente es común que casi todos los productos procesados estén llenos de este tipo de aceites o de grasas trans.)
Mención especial merecen las grasas trans, por lo terriblemente dañinas y tóxicas que son. Se trata de grasas artificiales que han sido creadas mediante la hidrogenación de grasas vegetales, con la intención de que duren más los productos procesados en las que se usan. Aléjate de ellas. Aléjate mucho. Lamentablemente, están por todas partes, en todo lo que sean productos procesados: margarina, bollería, galletas, productos congelados de comida rápida, y un largo etcétera. Un ejemplo de esto son las patatas fritas de bolsa industriales.
Hay quien lo llama el oro líquido. ¿Sobrevalorado tal vez? | Imagen: Poyraz 72
En otro lugar tenemos al aceite de oliva, que, a pesar de tener también cierta cantidad de ácidos grasos poliinsaturados, tiene más porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados, por lo que, a pesar de ser también un aceite con cierta inestabilidad, y por tanto con cierto potencial de también liberar toxinas a partir de ciertas temperaturas, no lo hará en tanta medida como los aceites vegetales citados anteriormente (aunque a medida que lo reutilicemos, se irá deteriorando y generará cada vez más toxinas). De hecho Este reciente estudio mostró que en condiciones de fritura (170 ºC -190 ºC), el aceite de oliva es bastante resistente y con alta estabilidad oxidativa. Incluso tras una o dos reutilizaciones no parece deteoriorarse mucho (estudio).
Y, por supuesto, el aceite de oliva, tomado crudo (con moderación) sí que es muy saludable (aunque es cierto que sus propiedades quizás hayan sido sobrevaloradas). En cualquier caso, intenta siempre que sea aceite de oliva virgen extra.
Luego tenemos a las grasas saturadas, las cuales (a pesar de lo que, equivocadamente, nos han estado intentado meter en la cabeza en las últimas décadas) NO son las verdaderas culpables de las enfermedades de corazón (como invita a pensar la nueva evidencia científica más rigurosa: por ejemplo, este meta-estudio que analiza 21 estudios diferentes) y son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. (La relación entre colesterol/grasas-saturadas/salud-cardiaca es más compleja de lo que se creía –> Más detalles)
Curiosamente, solo hay algunos estudios, algo inconsistentes, que han encontrado cierta asociación entre la ingesta de grasas saturadas y la salud coronaria, pero, solamente, y repito, solamente, cuando esto ocurría en presencia de altos niveles de glucosa en sangre y alto grado de inflamación en tu cuerpo. ¿Y quién provoca esto? Pues sí, efectivamente, parece que de nuevo los carbohidratos refinados (harinas, azúcar…) son los verdaderos culpables (Y que, de hecho, a su vez, también suben los triglicéridos, los cuales SÍ que son peligrosos para la salud del corazón).
Y lo que nos atañe en este caso: en teoría las grasas saturadas son más estables y soportan bien las temperaturas altas, por lo que no liberan toxinas en su cocción, siendo pues en la mayoría de los casos más apropiadas para freir patatas o cualquier otro alimento. Pero habría que hacer algunas matizaciones cuando se trata de grasas saturadas de origen animal, ya que los animales que han sido criados industrialmente acumulan en su materia grasa casi todas las toxinas de su cuerpo, así que intenta que se trate de productos que provengan de animales críados en libertad y alimentados con pasto. (Por ejemplo mantequilla de vacas alimentadas con pasto). (No olvides que estamos hablando de mantequilla, y nunca de margarina. La margarina está repleta de las dañinas grasas poliinsaturadas y también suele llevar grasas trans.)
El aceite de coco, a pesar de ser de origen vegetal, es también una grasa saturada, y por tanto, en teoría, tiene el beneficio de la estabilidad y capacidad de soportar altas temperaturas sin liberar toxinas; además, por su origen, lo habitual es que tenga unos niveles de toxinas muy bajos. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que, aunque sí es cierto que se trata del aceite más estable a 120 ºC, esto no es extrapolable a temperaturas de 170-190 ºC, que son las que se alcanzan al freir en la sarten. (estudio).
En cualquier caso, cuando se trata de comer alimentos en su estado “antinatural” siempre hay que tener cuidado. Nuestra especie nunca ha comido esas cantidades de grasas tan concentradas y parece prudente pensar que es posible que no estamos geneticamente adaptados. No es lo mismo comer grasa animal directamente en el animal, o aceite vegetal comiendo directamente la aceituna o el coco, que exprimir/refinar estos animales/frutos para conseguir unas cantidades desmesuradamente concentradas de grasas que, casi inevitablemente consumiremos desproporcionadamente. Y hay bastante literatura científica apuntando en esta dirección.
Además, aunque es cierto que las calorías normalmente no deberían ser un motivo para alejarnos de un alimento, y también que las grasas, en su estado natural, no suelen ser las causantes de la obesidad, y a pesar de que, las grasas naturales en su estado y cantidad natural/original son bastante saciantes, en el caso de los fritos habría que hacer una excepción, ya que estamos comiendo una cantidad de grasas concentradas de manera antinatural y en altísimas cantidades, y a través de un alimento muy palatable (lo que reduce su saciedad), que confunde a nuestro cerebro y nos hace ingerir bastante más calorías de las que necesitamos, dando lugar a la obesidad. Y este fenómeno se dará con más fuerza aún cuando se trate de patatas fritas procesadas, normalmente llenas de aditivos y saborizantes (que además, son también tóxicos).
Por otra parte, el negativo impacto que tendrán sobre tu salud las toxinas generadas como resultado de la cocción de algunos aceites, también influirá en tus hormonas, metabolismo, etc… lo que también está muy relacionado con la obesidad. Y por supuesto, también te sentirás peor, tu sistema nervioso funcionará incorrectamente, aumentarás la posibilidad de tener cáncer, etc… No olvides que hay que ver al cuerpo como a un todo interconectado.
El abuso de estos aceites vegetales altos en grasas poliinsaturadas (girasol, palma, maíz, colza…) también contribuyen a la inflamación crónica, algo bastante peligroso, y relacionado con múltiples patologías.
Volviendo a los riesgos de abusar de alimentos altos en omega 6, no está de más mencionar también este estudio realizado sobre más de 8.000 personas, en el que se alerta de que un exceso de omega 6, si no se compensa con suficiente omega 3 (si proviene de pescado, mejor), puede favorecer la demencia.
Así que, en general, en la medida de lo posible intenta evitar todo tipo de fritos (sobretodo los de las grasas que son menos recomendables para ser calentados). Para freir, prioriza siempre aceite de oliva virgen extra o mantequilla de vacas alimentadas con pasto. Y, si vas a hornear a menos de 120 ºC o vas a tomarlos crudos, también puedes incluir, además de los dos anteriores, aceite de coco.
Muy importante, usar aceites altos en poliinsaturadas como girasol, maíz, soja, etc, para freir ya es tóxico de por sí, pero mucho peor todavía es reutilizarlos. Desgraciadamente esto es algo muy común. Es habitual reutilizar varias veces el aceite para freir, sobretodo en restaurantes o cualquier establecimiento de comidas, en el que reutilizarán el aceite de la freidora una y otra vez. Y sin duda aumenta mucho más aún su toxicidad. Otro motivo más por el que no es recomendable comer fritos fuera de casa.
Pasemos ya analizar cada tipo de patatas fritas:
¿Cuántas calorías tienen las patatas fritas caseras?
Habría pequeñas variaciones dependiendo del tipo de aceite/grasa utilizada, así como la cantidad de grasa que absorban las patatas, pero las variacianos no son muy amplias. Podemos estimar que 100 gramos de patatas o papas fritas caseras tienen unas 250 – 320 calorías.
Apetitosas patatas fritas caseras | Imagen: Biso
Si, después de freirlas, pones las patatas encima de, por ejemplo, un papel de cocina absorbente que absorba la grasa, probablemente acabes ingiriendo menos calorías… Aún así, ten en cuenta que el daño y la toxicidad no variarán mucho…
En cualquier caso, si quieres darte un capricho, esta es una de las mejores opciones, ya que al menos controlas los ingredientes que tomas, y no está lleno de tóxicos aditivos como otros muchos productos (ni tampoco lleva harinas refinadas como la mayoría de los fritos empanados). Patatas fritas CASERAS, hechas con aceite de oliva (o con mantequilla de vacas de pasto o aceite de coco) son una opción bastante aceptable, para tomar de vez en cuando.
¿Cuántas calorías tiene una patata frita casera?
La cantidad de 100 gramos no es muy práctica. Así que intentemos ahora tomar como referencia cada unidad de patata entera:
1 papa pequeña frita = 255 calorías
1 papa mediana frita = 330 calorías
1 patata grande frita = 475 calorías
(Obviamente, al hacer el cálculo, hemos incluido también la grasa absorbida durante la fritura.)
¿Y un plato de patatas fritas caseras?
Depende de lo lleno que esté y lo grande que sea… Pero podemos que estimar que uno de tamaño medio debe rondar las 380 calorías.
¿Cuántas calorías tienen las patatas fritas congeladas?
Cuidado con esto, porque si buscas datos por internet o incluso si miras lo que pone en la bolsa, puedes confundirte.
Por ejemplo, las patatas fritas congeladas marca Hacendado tienen 141 calorías cada 100 gramos. PERO, claro está, esta cifra se refiere solo a las patatas, sin tener en cuenta el aceite de la fritura. De modo que el resultado final, ya después de freirlas, será semejante al de las papas fritas caseras: aproximadamente 300 calorías cada 100 gramos. (Y casi 400 calorías por plato)
Pero probablemente la calidad de estas patatas congeladas sea bastante pésima (de hecho, su sabor y textura no suele ser muy agradable para la mayoría de la gente), así como nutricionalmente más pobre. Y, lo que es aún peor, es muy probable que vengan con aditivos y saborizantes muy perjudiciales.
¿Cuántas calorías tienen las patatas fritas de McDonalds?
Como podemos ver en la web oficial de McDonalds, 100 gramos de sus patatas fritas tienen 299 calorías.
Un paquete entero de tamaño mediano (que tiene más de 100 gramos) tiene unas 341 calorías.
En el caso de las patatas fritas pequeñas (de 90 gramos según algunas fuentes) tendríamos 230 calorías.
Pero hay algo mucho peor, que sí que tendríamos que tener en cuenta: dado que no conocemos con exactitud el origen y cocinado del producto, hay que ser cautelosos al respecto. No solo es bastante probable que haya aditivos y saborizantes desconocidos, sino que también lo es que las patatas hayan sido fritas en aceite de girasol (u en otros aceites poliinsaturados más tóxicos aún). Si hubieran sido freídas en aceite de oliva, tened por seguro que lo pondría en letras bien grandes. (No te escandalices por mi léxico; ya sé que freídas suena raro, y casi feo, pero la RAE acepta tanto “fritas” como “freídas”) .
ACTUALIZACIÓN: Al parecer, McDonalds Canadá decidió informar de los ingredientes, y la cosa es incluso peor de lo que pensábamos: Patatas, aceite de colza, aceite de soja (hidrogenado con TBHQ, que está asociado a múltiples enfermedades), aceite de cártamo, dextrosa (una clase de azúcar), ácido sodio pirofosfato (colorante tóxico), ácido nítrico (conservante), dimetilpolisiloxano (potencialmente muy tóxico).
Simplemente terrible y vergonzoso.
Según algunas fuentes, McDonalds España manifestó que esto no es extrapolable a España y que ellos solo usan aceite de girasol. En cualquier caso, aunque menos, seguiría siendo un alimento también tóxico, como ya hemos visto al inicio del artículo. Y yo, sinceramente, seguiría teniendo mis dudas sobre el hecho de que realmente los ingredientes sean muy diferentes a los de McDonals Canadá. Me mantengo bastante escéptico sobre la veracidad de tal declaración; creo que es recomendable ser prudentes al respecto.
¿Cuántas calorías tienen las patatas fritas de Burguer King?
El escepticismo sobre su toxicidad debería ser el mismo que en el caso de las papas del McDonalds; , pasemos pues a ver las calorías. En el pdf que podemos encontrar en la web de Burguer King vemos lo siguiente:
Patatas fritas pequeñas (90 g.) = 230,4 calorías.
Patatas fritas medianas (116 g.) = 297 calorías.
Patatas fritas grandes (159 g.) = 407 calorías.
Por tanto, 100 gramos serían 256 calorías.
Desgraciadamente no informan de los ingredientes, lo cual es bastante más importante para poder evaluar el impacto que su ingesta tendrá sobre nuestras hormonas, que tan importantes son a la hora de mejorar nuestra salud y de combatir la obesidad.
¿Cuántas calorías tienen las patatas fritas de bolsa?
Este es, sin duda, uno de los peores “alimentos” que nos podemos meter en el cuerpo. Aparte de que la cantidad de calorías es brutal y muy concentrada, en un alimento muy palatable (unas 520 calorías por cada 100 gramos), en la mayoría de los casos, están repletas de aceites trans o aceites de girasol, de palma, de colza (revisa la sección inicial para recordar por qué son tan tóxicos), así como de otros múltiples aditivos igual de tóxicos (como por ejemplo, la maltodextrina, un tipo de azúcar industrial, que favorece el cáncer y destruye la microbiota, entre otras lindezas.)
Como ya hemos dicho, que algo sea muy calórico no es sinónimo de que provoque obesidad; sin embargo, en este caso, al tratarse de una alimento hiperprocesado, hiperpalatable y ultraestimulante, que “entra muy bien”, nuestras hormonas y cerebro se confunden y nos dan la señal de saciedad demasiado tarde, cuando ya hemos ingerido muchas más calorías de las que necesitabamos (Más detalles)
¿Y en concreto las patatas fritas Lays?
Si miramos en la web de Lays, podemos ver que, efectivamente, todas rondan las 520 calorías cada 100 gr, ya sean A punto de sal, Sabor Vinagreta, Sabor Jamón, Receta Campesina, Sabor Mostaza y Miel…
Pero esto es lo de menos, ya que, ATENCIÓN, si miramos los ingredientes (que “sospechosamente” están escritos en un tamaño MUY pequeño) podemos ver como están repletos de sustancias que han sido ya irrefutablemente demostradas por la ciencia como tóxicas y perjudiciales. Tenemos, por ejemplo, en casi todos los tipos de Lays, al glutamato monosódico. Por supuesto, el azúcar también aparece en muchos casos, por ejemplo en las de Mostaza y Miel o en las American Barbecue. Y podríamos estar así el día entero, analizando la interminable cantidad de aditivos potencialmente dañinos que lleva cada tipo de bolsa.
¿Y una bolsa de patatas fritas “light”?
En general, huye de todo lo que lleve el logo “light”. Normalmente suelen ser alimentos a los que se le reduce algo la grasa, PERO, para compensar el sabor se le aumenta la cantidad de saborizantes tóxicos como el glutamato monosódico o el azúcar, añadiéndolo en sus diversas modalidades indrustriales (azúcar, dextrosa, jarabe de glucosa, maltodextrina), todas tóxicas y perjudiciales para el sistema metabólico, el sistema cardiovascular, la microbiota, el sistema nervioso, etc… También suelen aumentarle la cantidad de carbohidratos de mala calidad (ya sea añadiendo azúcar o harinas refinadas; ninguna opción es recomendable)
Y en el caso de las patatas fritas de bolsa light efectivamente así ocurre. Dependiendo de la marca, las calorías por cada 100 gramos son alrededor de 470 calorías, pero están repletas de las sustancias citadas anteriormente.
Ah, y una cosa IMPORTANTE, en estos casos ni siquiera estamos comiendo apenas patata. La mayoría de las versiones light están compuestas por harina de trigo y fécula de patata (en vez de ser patatas reales cortadas en rodajas). Y las harinas no son nada recomendables; suelen ser perjudiciales para la salud y favorecen la obesidad.
¿Cuántas calorías tiene un plato de patatas fritas con huevo?
Como siempre, depende del tamaño y la cantidad de los ingredientes; en cualquier caso, intentemos hacer un cálculo estimado:
Vamos a suponer que, los huevos, al igual que las papas, también han sido fritos en aceite, lo cual aumenta bastante las calorías (además de la toxicidad mencionada en las líneas anteriores); de manera que, un plato habitual, más o menos estándar, sería:
2 huevos grandes fritos (89 x 2 = 178 calorías) + 1 patata mediana frita (330 calorías) = 508 calorías.
¿Y un plato de huevos fritos con chorizo y patatas fritas?
Depende del tamaño del chorizo que añadas, y también de si este ha sido igualmente frito, pero el resultado sería de aproximadamente unas 700 – 800 calorías.
¿Y si es un plato de papas fritas con carne?
Depende de la carne… de las proporciones y cantidades de cada alimento, etc…. En el caso del pollo sería muy similar al huevo. Rondaría las 500 calorías.
En el caso de la ternera quizás subiríamos a 530.
Y si se se tratara de cerdo, a unas 570 calorías.
En cualquier caso, esto no significa que comer ternera o cerdo, por tener más grasa, te vaya a hacer engordar más que el pollo, ya que las grasas también son más saciantes. No olvides todo el tema del impacto hormonal que ya hemos mencionado anteriormente en este mismo artículo.
¿Y un plato de patatas fritas con queso?
Un plato de tamaño habitual de patatas fritas con queso debería tener unas 400 – 550 calorías.
Algunas fuentes indican que 1 ración de patatas fritas con queso cheddar, Bacon y Mozarella, de la conocida cadena de restaurantes 100 Montaditos, tendría unas 440 calorías. Suponemos que se trata de un tamaño de plato medio.
Cómo hacer patatas “fritas” saludables y muy bajas en calorías, e igual o más sabrosas
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